Comprar colchones viscoelásticos 

Los colchones viscoelásticos son una solución perfecta para el descanso. Gracias a su función preventiva, favorecen confort y comodidad a la persona que los utiliza. 

Su composición se caracteriza por una base de espuma de poliuretano de alta densidad que le confiere estabilidad y firmeza, y una capa superior de espuma viscoelástica que permite repartir las presiones a lo largo de toda la superficie, prevenir la aparición de escaras y conciliar el sueño.

Tipología de colchones viscoelásticos 

Los colchones viscoelásticos se caracterizan por el grosor de la superficie en espuma viscoelástica. 

Los modelos estándar presentan una base realizada mayoritariamente en espuma de poliuretano y una capa superior de unos pocos centímetros de espuma viscoelástica. 

En los modelos más confortables y que ofrecen mayores prestaciones, la base en espuma de poliuretano disminuye en grosor y aumenta el espesor de la parte superior en espuma viscoelastica, la cual está directamente a contacto con el cuerpo del paciente. 

Quien puede adquirir un colchón viscoeléstico 

Se trata de productos ortopédicos que han sido pensados principalmente para personas obligadas a pasar muchas horas en la cama a causa de una enfermedad invalidante o de un accidente que impide los movimientos. 

No obstante, se trata de dispositivos que pueden resultar una óptima solución también para aquellas personas que simplemente quieren mejorar la calidad de su sueño. A diferencia de los colchones tradicionales, se caracterizan por su superficie suave y su firmeza. 

Finalmente, se aconseja el uso de esta tipología de colchones para aquellos usuarios encamados que todavía no presentan escaras. La espuma viscoelástica es un material empleado para la prevención que beneficia al usuario durante los periodos de convalecencia. 

Ventajas de los colchones viscoelésticos 

El uso de colchones realizados en espuma viscoelástica presentan numerosas ventajas para el usuario y las personas que cuidan de ellos. 

En primer lugar, se trata de dispositivos pensados para aliviar las presiones que el cuerpo del usuario ejercita sobre la superficie del cochón. Para aquellas personas que pasan muchas horas tumbadas en la cama, es importante y fundamental que la presión sea mínima, sobre todo en los puntos problemáticos como codos, talones y parte baja de la espalda. Como consecuencia, la reducción de la presión mejora la circulación sanguínea y limita la aparición de escaras. 

En segundo lugar, son colchones que se adaptan con facilidad y aptos para deformarse. Se pueden posicionar en camas articuladas, que presentan diferentes inclinaciones de las secciones, ya que la resiliencia es una de las principales cualidades de este material y permite que vuelva a su forma y posición original después de una larga deformación. 

Finalmente, son colchones firmes que resisten al desgaste y mantienen sus propiedades intactas para alargar la vida útil del colchón por años.